¿Qué es la Envidia? (Parte I)

Cuentan que…una noche de verano…

una luciérnaga descansaba tranquilamente al borde de una hoja cuando escuchó un extraño ruido a sus espaldas y al darse la vuelta alertada, se encontró cara a cara con una amenazadora serpiente preparada para atacar. La luciérnaga esquivó hábilmente el ataqué y voló, pero sorprendentemente la serpiente, en vez de ir a por una presa acorde a su cadena alimenticia, empezó a perseguirla agresivamente. La persiguió durante horas hasta que, visiblemente agotada, la serpiente paró. Igualmente exhausta, la luciérnaga también paró a descansar asegurándose antes de que la hoja elegida estaba a una altura inalcanzable para la serpiente. Con sumo cuidado se acerco al borde y movida por la curiosidad, por la necesidad de saber, preguntó:

– ¿Sueles comer insectos o es que tienes demasiada hambre?

La serpiente la miró con desprecio y siseó:

Ninguna de lassss dossss…

-¿Entonces, es que te sientes amenazada por mí?

-¡Esssso essss ridículo! – escupió las serpiente burlona.

-¿¡Entonces por qué!?

-¡¡¡Essss que no ssssoporto verte brillar!!!

Estupefacta y a la vez sintiendo compasión, la luciérnaga, con las fuerzas recuperadas, emprendió su vuelo cada vez más alto, brillando cada vez más, dejando atrás, abajo, en la más profunda oscuridad a la serpiente que se estaba retorciendo desquiciada entre ramas secas, hojas y hierbajos tras cada salto fallido en su loco intento de atrapar una luciérnaga.

La envidia es universal. Todos hemos sido “serpientes” alguna vez, en mayor o menor medida.

Pero, ¿qué es la envidia?

Es un complejo conjunto de emociones y sentimientos negativos como el dolor, la tristeza, el odio, el resentimiento, el sentimiento de víctima o de culpa.

Según la RAE:

envidia = f. Tristeza o pesar del bien ajeno. II 2. fig. Emulación, deseo de algo que no se posee.

envidiar = tr. Tener envidia, dolerse del bien ajeno. II 2. fig. Desear, apetecer algo que tienen otros.

El denominador común en ambas definiciones es el deseo de algo que no se posee pero que otros sí lo tienen y la tristeza y el sentimiento de dolor que eso conlleva.

Si buscamos el significado etimológico de la palabra “envidia” encontramos la explicación generalizada que indica la proveniencia del latín invidere, considerando el prefijo in- (poner sobre, ir hacia) y el verbo videre (mirar), por tanto significaría “poner la mirada sobre algo”. De esta manera se explican tanto la expresión como la superstición “mal de ojo” que tan bien conocemos.

Giotto di Bondone

Pues bien, en realidad, las cosas son algo diferentes.

El prefijo in- , en este caso, es privativo y significa “sin”. En cuanto al verbo videre, su significado es “ver” (tener el sentido de la vista), por tanto, el significado original es “sin ver”. Además, sería un grave error confundir el verbo videre con el verbo miror, y sobre todo hablando de la envidia ya que el segundo verbo tiene el significado de “asombrarse”, el equivalente exacto en castellano siendo “admirar”.

¿Por qué “sin ver” y cuál es la relación con el “mal de ojo”? Aquí es donde se complican las cosas y hay que profundizar. Veamos. Efectivamente, todo empieza con la vista. Para que aparezca la envidia, primero hay que ver algo que deseamos conscientemente o inconscientemente, algo que otro posee y nosotros no. Percibimos una carencia y se crea un contraste. En este momento aparecen la tristeza, el dolor, el odio, el resentimiento, la culpa etc. Y nace la envidia. ¿Y qué provoca las primeras dos emociones (tristeza y dolor)? El hecho de ser incapaces de ver en nuestro interior los recursos y las habilidades necesarias para lograr lo que deseamos, por un lado, y por otro lado, nos volvemos incapaces de reconocer / ver que la persona que sí ha logrado tener lo que nosotros deseamos, es merecedora de ello. Como consecuencia intentamos eliminar el contraste, no queremos verlo más: o bien apartamos la vista, o criticamos al envidiado, o intentamos eliminar su logro o, incluso, intentamos eliminar al envidiado (al igual que la serpiente de nuestra fábula). Todo gira alrededor de NO VER, es decir invidere, o envidiar.

Para establecer la relación con el “mal de ojo”  igualmente tenemos que volver en los tiempos antiguos. Tanto los griegos como los latinos temían sobremanera al Mal Ojo (o el momento del contraste) porque sabían lo que ocurriría después (la eliminación del contraste). A titulo de protección, confeccionaban todo tipo de amuletos para distraer la vista y engañar a la persona con Mal Ojo (evitar la creación de un contraste / provocar envidia) pues ya se sabe: más vale prevenir que curar.

En el siguiente artículo: la relación entre la envidia y el complejo de inferioridad, el complejo de superioridad y el mobbing.

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Autora: Crina Budulan, Coach (BBRZ Coaching) y docente en Escuela de Inteligencia

Imagen “Invidia”: fresco realizado por el pintor Giotto di Bondone (1267 – 1337) en la capilla Scrovegni (Padova, Italia)

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